En la pandemia del coronavirus Covid-19,
Europa pasó a ser el epicentro, luego de Asia, y
antes de que llegara a América. En este escenario, las fronteras nacionales reaparecieron y los
ciudadanos se sintieron seguros al estar dentro
de un Estado “cerrado”, inclusive a expensas de
sus derechos individuales. La Unión Europea
(UE), con una función de acompañamiento y
apoyo en temas de salud, debió “navegar” entre
estas estructuras de multi-niveles. Aunque los
ciudadanos europeos hayan criticado su lentitud
e ineficacia, saben que sigue siendo un esquema
de soporte necesario e imprescindible. En este
trabajo, nos proponemos describir los efectos
disruptivos de la pandemia en el proceso de integración europea. Para ello, identificamos tres
aspectos: las tensiones entre el nivel nacional
y el nivel europeo, el impacto sobre las instituciones democráticas de los Estados miembros, y
las percepciones y actitudes de los ciudadanos
respecto del manejo de la pandemia por parte de
la UE. Es probable que la UE, por primera vez
en mucho tiempo, pueda dar la respuesta que
sus ciudadanos esperan y salir reforzada de esta
crisis.