Los hemoparásitos son una serie de organismos parásitos obligados de las células sanguíneas, que
se transmiten a los animales a través de vectores (siendo la garrapata Rhicephalus sanguineus el
de mayor prevalencia), aunque también de manera iatrogénica. Afecta a todos los caninos sin
predilección racial, ni edad, ni sexo, generando alteraciones hematológicas y bioquímicas diversas
y una amplia variedad de síntomas como: anemia, mucosas pálidas o ictéricas, fiebre,
linfoadenopatia generalizada, hepatomegalia, esplenomegalia, anorexia, decaimiento, equimosis,
entre otros. El diagnóstico de este grupo de enfermedades se basa en diagnósticos específicos a
través de sangre periférica y en frotis de sangre capilar, además de pruebas serológicas y técnicas
moleculares específicas. El tratamiento se basa en la administración de fármacos y al ser una
enfermedad que se transmite por vectores, la prevención se trata de evitar el contacto del animal
con el mismo.