Los accidentes cerebrovasculares son una de las principales causas de muerte
cada año en el mundo. Debido a la elevada incidencia de esta patología, es de sumo
interés hallar nuevos tratamientos que permitan disminuir la tasa de muerte de este
cuadro clínico y mejorar la calidad de vida de los pacientes que lo sobreviven. Es
sabido que una patología tan compleja y variable como un ACV isquémico no puede
ser completamente modelada in vitro. Sin embargo, estos modelos permiten dilucidar
los mecanismos bioquímicos y moleculares específicos involucrados, sometiendo a los
cultivos a condiciones similares a las de una isquemia. En el presente trabajo se
caracterizó un modelo in vitro que utiliza una cámara de hipoxia desarrollada por el
laboratorio, con el objetivo de que la misma pueda ser empleada, a futuro, en el estudio
de la hipotermia como terapia neuroprotectora.
Los resultados obtenidos indican que la cámara resulta eficaz a la hora de
generar y mantener un ambiente hipóxico (con un porcentaje de O2 inferior al 4%),
hasta 24 horas después de purgar con 95% N2/5% CO2 la atmósfera de la cámara. Si
bien en el cerebro se encuentran concentraciones de O2 que varían entre 0.55% y 14%,
se conoce que porcentajes inferiores a 4,6% son suficientes para afectar la correcta
oxigenación del tejido y pueden inducir la expresión del factor de transcripción
responsable de la respuesta celular a la hipoxia (HIF-1) asociado a los accidentes
cerebrovasculares isquémicos. En este modelo, las células se ven sometidas a una
disminución del O2 disponible, desde aproximadamente un 21% en el incubador, a un
4% dentro de la cámara. De esta manera, la cámara de hipoxia desarrollada en el CAIC
es una herramienta prometedora para el desarrollo de investigaciones relacionadas a
terapias neuroprotectoras.