Desde sus lejanos inicios, irónicamente, las Ciencias Sociales cimentaron un
relato mítico que se constituyó a partir de una estricta separación entre Logos y
Mythos, razón e imaginación. Un relato mítico comprometido con una idea de
Ciencia racional y objetiva que pretendía expulsar los aspectos imaginarios, los
otros mitos (creencias, fantasías, pasiones, afectos, identificaciones, deseos inconscientes), al constituir expresiones atribuidas como corruptas e irracionales del
devenir social y político