Si bien a principios de siglo se habían generado en Rosario algunos primeros descontentos respecto de las primeras instalaciones ferro-portuarias que clausuraban el acceso a la ribera, será en las décadas de 1920 y 1930 cuando se revelen tanto los primeros registros sensibles sobre naturaleza y paisaje ribereño, como la aparición de proyectos de redefinición de la costa como espacio que conjugue embellecimiento, salud, recreación y sociabilidad, dejando atrás la mirada meramente funcional del Paraná.