Universidad Nacional de Rosario. Facultad de Humanidades y Artes. Escuela de Historia
Resumen
“A nadie se le pasó por las mentes que el Día de la Mujer pudiera convertirse en el primer día de la
revolución.”, dice León Trotsky en su Historia de la Revolución Rusa. Las obreras textiles, quienes
constituían el sector más explotado de la clase trabajadora, fueron quienes removieron los cimientos del
régimen zarista al grito de “Pan, paz y abajo la autocracia”. La revolución obrera de 1917 puso en debate el
amor, la sexualidad, la familia, el trabajo doméstico, el derecho al divorcio y al aborto, entre tantas otras
cuestiones de la vida cotidiana. La clase trabajadora se atrevió no sólo a tomar el poder, sino también a
tomar el cielo por asalto, pensando nuevas formas de relaciones humanas, despojadas de la represión, el
despotismo y la mezquindad familiar contra el telón de fondo del desgarramiento entre una sociedad por
nacer y la vieja sociedad opresora que se derrumbaba. Fue necesario asfixiar la revolución y liquidar
(mediante fusilamientos, exilio y campos de trabajo forzoso) a toda la generación del Partido Bolchevique
que fue su protagonista, para retroceder en los derechos conquistados por las mujeres bajo el régimen de
los soviets