Drogas, alcohol y juego en la literatura, el cine y la música

Para Freud las obras de arte eran interpretables desde su disciplina. “La interpretación de los sueños” publicada en 1905, fue de gran utilidad a la hora de emplear sus técnicas de interpretación. Freud interpretaba sueños, esculturas, recuerdos infantiles, como lo haría con cualquier paciente que entrara al consultorio. Siempre con su carácter metódico e investigativo, sus textos se caracterizan por ser a “ensayo y error”, es decir, proponía sus teorías, las contrastaba con la realidad, y demostraba, si estaba en lo correcto o no. De no ser así, continuaba con sus investigaciones para llegar a lo más profundo posible de la cuestión. Tomaba al arte como aquello posible de descifrar, al igual que el inconsciente. Su análisis buscaba encontrar la profundidad de las obras, lo que se quiso transmitir, lo que no y aun así se transmitió, lo que quiere decir, el sentido de la obra, y por sobre todo interpretar y sacar a la luz lo que siempre nos queda como oculto. En “El jugador” (2014) de Fiódor Dostoyevski, el autor entreteje algunos elementos autobiográficos como los dos grandes impulsos que dominaron su vida: el juego y la pasión amorosa. La novela refleja la esclavitud al juego del propio Dostoyevski, ligada a la sujeción absoluta de sus relaciones amorosas. Proyectado en el personaje de Alexei Ivanovich y su pasión amorosa hacia Polina Aleksandrovna, por quién es seducido y rechazado permanentemente.