En este artículo analizamos la creciente expansión de la lengua española como
instrumento de comunicación internacional. Dicha expansión viene acompañada,
por un lado, del consiguiente crecimiento del negocio de la enseñanza
del español como lengua extranjera y, por el otro, de un fuerte discurso ideológico
destinado a legitimar el avance del español sobre otras lenguas y su
constante incursión en nuevos ámbitos. En este avance, uno de los principales desafíos es la decisión de cuál componente cultural incluir en su enseñanza.
Nuestro artículo se concentrará fundamentalmente en este último punto,
donde compararemos distintas posturas presentes en los manuales para el
alumno.