En los cuatro casos analizados ( Ana Cristina César, Leonora de Barros, Tununa Mercado y Pola Weiss), se fueron reconfigurando distintas nociones de lo femenino mediante escrituras corporales donde confluyen la palabra y la carne, el texto y la materia. En síntesis, la noción de escritura corporal remite a una doble articulación: el vínculo entre la poesía y el cuerpo mediante el diálogo propuesto entres escritoras y artistas visuales, y la relación entre lo cultural, visual y sensorial de una manera explícita, lo cual anuncia ciertas búsquedas estéticas que caracterizarán los feminismos artísticos de décadas posteriores