La semiótica clásica de la moda (1960-2000) llegó a la conclusión de que ésta es
imposible porque la moda es un sistema paradójico, frágil y vacío, caracterizado por la
decepción del sentido (Barthes 1967). La neosemiótica de la moda (2000-2020) trata de
salvar ese problema re-significando el fenómeno de las tendencias indumentarias mediante
estrategias de resiomitzación: revitalizando el significante a partir de la marca como poderoso
hipericonema; en el nivel del significado desvelando su efecto de sentido, la seducción
y potenciando la referencia mediante el recurso a fenómenos artísticos y sociales. La futura
reflexión semiótica sobre la moda debe tener en cuenta un cambio de paradigma en su
soporte comunicativo, de las revistas impresas a las redes sociales como Instagram, mucho
más eficaces.