El delta del río Paraná es un conjunto de humedales, ecosistemas de gran importancia y que nos brindan múltiples beneficios, como abastecimiento de agua y materiales, alimentación, almacenamiento de gases de efecto invernadero, transporte y ocio, entre muchos otros.
Durante 2020, este territorio tuvo que soportar incendios intencionales que afectaron alrededor de 300 mil hectáreas, más del 17% de su superficie, provocando grandes impactos tanto ambientales como sociales.
Debido a las alteraciones que el fuego genera en estos ecosistemas, los daños producidos pueden ser muy difíciles de revertir en el corto, mediano y hasta en el largo plazo. Uno de los componentes que sufre fuertes modificaciones es el suelo, afectando sus funciones y, con ello, al ambiente de manera inevitable.