El trabajo pretende dar cuenta de ejercicios reflexivos que han despertado las distintas intervenciones que se ponen de manifiesto a partir de la aparición de la pandemia y las condiciones desde las que se hace ¿posible? pensar el campo de la educación y la pedagogía como acciones vitales. Seis reflexiones a modo de
interrogantes se proponen reconfigurar fronteras y abrir a nuevas contemplaciones y acciones posibles: lo que permanece y lo que cambia; lo miedos y cómo pueden paralizar o trazar nuevos horizontes, la posibilidad de pensar esta crisis para reinagurar la solidaridad social; las fronteras entre normalidad y excepcionalidad;
la condición de la pedagogía en términos vitales y como gestos sensibles y, ¿qué nos salva? Pensar en darle una oportunidad a la educación y sostener la opción de pedagogías vitales nos remiten a fronteras que nos animamos a cruzar, como un modo de dar cuenta de esa responsabilidad vital que tenemos como docentes
de instituciones públicas en momentos de “excepcionalidad”.