Este trabajo analiza las relaciones entre América Latina y África en
el marco de la cooperación Sur-Sur a partir de tres casos particulares
que muestran diferentes estrategias de inserción en el contexto de una
política por impulsos. Brasil utilizó una diplomacia cultural y desarrolló
una política acumulativa que dio sus frutos con la gestión de Lula,
Argentina inició el acercamiento más temprano pero tuvo impulsos
intermitentes y Venezuela, un actor tardío desplegó su petro-diplomacia
con un discurso ideológico