En Las ficciones de la representación fáctica, Hayden White (White 1998) señala que
todo discurso escrito nos proporciona siempre una imagen verbal de la realidad en tanto el
lenguaje es, precisamente, el instrumento de relación entre la conciencia individual y el
contexto. El discurso literario, por sus modos de configuración, al usar el lenguaje de una
forma particular, supone siempre una postura específica frente al mundo y, en este sentido,
puede presentar superposiciones, correspondencias y semejanzas con el discurso histórico.