Buena parte de la historia de Europa en la Alta Edad Media es, en cierta medida,
la historia de la conversión al cristianismo. En este período se desarrolla la expansión y
consolidación de esta nueva fe en aquellos territorios alcanzados por la influencia de
Roma y en otros que estaban por fuera de ella. A la vez, estudiar la difusión de esta
religión implica involucrarse en el análisis de la conformación y organización de la
institución que emergió de ella, la Iglesia Católica Apostólica Romana. Desde sus inicios
en la Antigüedad, ésta ha sido protagonista de la vida política, económica, social y
cultural de gran parte de la humanidad. Su influencia en las decisiones, comportamientos,
costumbres y modos de vida ha alcanzado a gran número individuos, estados y grupos
sociales hasta nuestros días.