El embajador Berasategui enriquece la historia diplomática bilateral
recordando el nombre secreto con el cual se conoció a la misión que tenía
la instrucción de explorar la posible normalización de las relaciones diplomáticas
con la República Popular China. Refiere al “caso Acuario” iniciado a mediados de
1971 cuando el presidente Alejandro Lanusse encomendó al canciller Luis María
de Pablo Pardo iniciar los contactos con el gobierno de Beijing. El Ministro, a su
vez, designó al Subsecretario de Relaciones Exteriores, entonces Vicecanciller,
embajador José María Ruda, como Jefe de la Delegación. La operación fue dada a
publicidad el 20 de septiembre de 1971 y produjo un avance significativo cuando
la Junta de Comandantes en Jefe decidió, el 7 de febrero de 1972, autorizar la negociación
con miras a normalizar las relaciones diplomáticas, con el propósito de
dejar de reconocer políticamente a la República de China (Taiwan) y reconocer a
la República Popular China. Estas acciones culminaron con la firma del “Comunicado
conjunto de establecimiento de relaciones diplomáticas entre la República
Argentina y la República Popular China” en la ciudad de Bucarest, el 16 de febrero
de 1972.