Palabras preliminares

Hemos llegado a la publicación del número 10 de nuestra Claroscuro. Esta publicación periódica es la cara visible del Centro de Estudios sobre Diversidad Cultural (CEDCU) y es fruto del esfuerzo y la colaboración de un equipo de trabajo unido para llevar adelante la tarea. Como dice y siempre nos alienta nuestra directora Cristina Di Bennardis -recuperando las palabras de Roberto Arlt- “… por prepotencia de trabajo”. Es un aniversario importante y conjuntamente un tiempo de clivages, de cambios que tienen que ver con las nuevas propuestas de ediciones digitalizadas, ya que esta será nuestra última edición impresa. Nos resistimos cuanto pudimos a los embates de las nuevas tecnologías, no por aferrarnos al pasado sino por amor al papel y a la ductilidad y seducción de hojear las páginas impresas en nuestras manos, de buscar y subrayar lo destacable, de revisitar una y otra vez los artículos más interesantes, sensaciones irreproducibles en formato digital. Sin embargo llegó la hora de pensar la factibilidad financiera y también de ponderar las posibilidades de difusión, circulación y acceso masivo que implica la digitalización. Este último aspecto es el más anhelado por nosotros: lograr un acceso amplio de público que pueda entrar en contacto con una pluralidad de propuestas que toman como núcleo la Diversidad Socio-Cultural, eje conceptual, problemático, complejo y político que distingue a nuestra publicación.