El concepto de bienestar animal y la preocupación por el cumplimiento de sus principios
generales surgió desde que el hombre comenzó a utilizar a los animales para su
beneficio. Price (1984) afirma que el bienestar animal “fue la base de la domesticación
porque sin esta condición los animales no habrían permanecido junto al hombre”. Esa
relación de las personas con los animales desde su domesticación, por la necesidad de
alimentarse y de vestimenta se gesta casi desde los orígenes de la humanidad (p. 2).
A lo largo de la historia, las sociedades han ido evolucionando en su percepción y
valoración de los animales, reconociendo que merecen ser tratados de manera justa y
respetuosa; por ello el bienestar animal surge como una respuesta a la preocupación por
el trato ético y humanitario hacia los animales.